domingo, 22 de noviembre de 2009

Bizcocho de Zanahoria

Me he animado hacer un blog de cocina, soy lectora en la sombra de muchos de ellos, pero no suelo comentar sobre todo desde que mi ordenador a decidido censurar mi opinión impidiéndome hacer comentarios en todos los blogs. Que mala es la no libertad de expresión.
Me encanta cocinar y experimentar recetas nuevas. Pero solo me gusta cocinar con tiempo, cuando tengo pocos minutos y mucha presión me parece odioso.
Soy amante de los métodos tradicionales. Vamos anti-microondas, sin termo mix y monto las claras a punto de nieve a mano con unas varillas. Le da un sabor especial.
Si no puedo cocinar, me encanta leer recetas en libros o blogs, salivo solo con leer los ingredientes o ver las fotos.
Pero lo que no viene ni en los libros ni se ve en los cocineros de la tele es que a veces las recetas salen mal. Que parece todo el mundo hace todo en su punto exacto de sabor y cocción. Para nada, fijaros bien que por ejemplo Arguiñano más de una vez se olvida de echarle sal a las comidas. Yo no soy una excepción, me olvido a veces de la sal, se me pegan lo guisos de vez en cuando, la leche me desborda al calentarse en el cazo y una vez saque la bandeja del horno ardiendo y esto es harto complicado de lograr.
Aquí va mi recetario virtual a ver si de aquí no se me pierde mas, que ya van dos veces que pierdo mi libreta “sagrada” de cocina.

Para inaugurar el blog empezaré por mi receta de repostería estrella. Es un bizcocho muy jugoso, de sabor delicado, que aprendí a hacer en el colegio. Creo que soy de los pocos privilegiados de mi generación que tuvieron clases de cocina como actividad extraescolar. Que los no-verduleros no se preocupen que no sabe en absoluto a zanahoria, así que ideal para niños y mayores mal comedores. Es un bizcocho prefecto como tarta de cumpleaños o para eventos especiales, que se puede rellenar y tiene muy buen consistencia por si se quiere hacer una decoración esmerada encima. Las cantidades dan un buen tamaño. No es un bizcocho para primeros contactos con los fogones, pero en cuanto se pierda el miedo dará siempre muy buenos resultados. Tengo muchas ganas de probar con calabaza en vez de zanahoria, que seguro que también queda bien, ya os contare mis experimentos. Al final de la receta os contare una “versión 2.0” de este bizcocho muy, pero que muy, interesante. La de la foto esta decorada con laurel, arándanos rojos y guindas secos.


Ingredientes:

Para el bizcocho:
5 yemas de huevo
250 gr. de azúcar
250 gr. de zanahoria pelada y rallada fina
250 gr. de almendra molida
El zumo de un limón
La piel rayada de un limón
80 gr. de harina
1 cucharada sopera de levadura
5 claras de huevo a punto de nieve
Una pizca de sal
Media cucharadita de café de canela
Un pizca de nuez moscada

Para el glaseado:
150 gr. de azúcar glaseé
El zumo de medio limón
Agua tibia.


Elaboración:

Encender el horno a unos 180º y preparar un molde redondo (he probado con otras formas y no cuaja bien) de 24 cm. de diámetro con el borde bastante alto, ya que el bizcocho crece considerablemente. Se puede engrasar y enharinar el molde o forrar con papel de horno (un día os doy un truquito para que no haga arruguitas que afeen el pastel), si el molde es de silicona no necesita preparación previa.

Separar las yemas de las claras. Mezclar las yemas con el azúcar y trabajar con cuchara de madera hasta que el azúcar se haya deshecho casi totalmente y quede como una crema.
Añadir la zanahoria rallada muy finita y la almendra molida. Si los paladares que la vayan a probar son muy reticentes a la verdura se puede dar unos toques con la batidora a la mezcla para triturar los hilitos de zanahoria.
Después añadir el zumo y la piel del limón. Para rallar la piel del limón es muy importante rallar solo la parte amarilla y evitar rallar la parte blanca porque amargaría la tarta.
Añadir la harina, la levadura, la canela y la nuez moscada tamizadas y mezclar hasta que no queden grumos.
Por ultimo añadir las claras de huevo montadas a punto de nieve con la pizca de sal. No remover la mezcla porque se bajarían las claras, hacer un movimiento con la cuchara como de envolver la masa y cuando este todo mezclado verter en el molde.
Meter en la parte central del horno unos 45 minutos.
Para saber cuando esta listo pinchar con una aguja gorda como de calcetar, si sale limpia estará listo, si sale con resto de masa meter unos minutos más en el horno. Después desmoldar un dejar enfriar sobre una rejilla.

Aparte hacer el glaseado, poner el azúcar en un cuenco y echar el zumo de medio limón. Remover e ir añadiendo agua según vaya necesitando. Si la mezcla se pasa de liquida añadir mas azúcar hasta conseguir la consistencia deseada. El punto ideal es espeso pero que cuando se coja una cucharada vaya escurriendo.
El glaseado se debe echar en el centro del pastel cuando este frío y dejar que vaya escurriendo por los bordes, para ayudar a que cubra toda la superficie te puedes ayudar con un cuchillo o espátula mojados en agua para que no se te pegue mucho el glaseado. Dejar enfriar y secar el glaseado hasta que endurezca. Si se va a adornar, poner la decoración antes de que se seque del todo. Una vez endurecido estará listo para comer.
Aguanta varios días en una lata o recipiente cerrado. Si se le ha puesto glaseado no guardar en nevera.


Versión 2.0


Antes poner el glaseado se puede hacer mazapán y forrar el bizcocho con una capa de unos 3 milímetros de espesor. Presionar bien sobre el bizcocho para que quede bien pegado. El resultado será espectacular al paladar y a la vista. Que aproveche.