sábado, 6 de marzo de 2010

Patatas de todos

Por fin he podido postear aquí, últimamente no tiempo para cocinar como me gustaría y publicar recetas sin foto, es como comer chocolate amargo.

La receta de hoy iba a llamarse “Patatas Incarinas” pero cada vez que las presento en sociedad, alguien también se invento la misma receta. Un amigo a las suyas las llama “Patatas Zarvajes”. Así que por eso las he bautizado como las “Patatas de Todos”.

Yo creo que todos las debimos crear bajo el mismo influjo. Las ganas de patatas, pero la conciencia de… fritas… engordan mucho, …mancho mucho la cocina, … seguro que al horno hacer se hacen, por probar… y resultaron deliciosas.

Voy a poner la receta básica, porque tiene mil variantes o ingredientes al gusto para elegir. Soy muy sencillas y fáciles de hacer.




Ingredientes:

- Patatas, cantidad al gusto (según hambre, cantidad de comensales y a lo que vayan acompañando).
- Aceite y sal.

Pelar y cortar las patatas en medias rodajitas no muy gordas, pues tardarían mucho en hacerse. De unos 3 milímetros aprox.

En una fuente de horno echar un chorro de aceite echar las patatas y removerlas un poco para que se unten de aceite y no se peguen entre ellas.

Poner en el horno a temperatura media, remover cada cierto tiempo para que las patatas se hagan uniformemente. Cuando estén listas subir la temperatura del horno para que se doren. No pongo tiempos porque según el grosor, la cantidad y el tipo de patata los tiempos cambian mucho.

Yo les suelo añadir cebolla cortadita a tiras, a veces pimienta, o pongo un poco de queso a gratinar encima de ellas cuando estén casi listas, trocitos de beicon o jamón, yo creo que con casi cualquier cosa están buenísimas.

Las Patatas de todos de la foto estan hechas con cebollita.

martes, 15 de diciembre de 2009

Bizcocho de Champán y Fresas


Soy de las que piensa que a cada persona le llega su “gran momento”. Según lo que hayas “cultivado” en tu vida así será tu gran momento. Como a las personas, a las cosas también les sucede. Tenía hace bastante tiempo este té en casa. Aunque lo había probado un par de veces, todavía no le había llegado su gran ocasión. Y puede sonar muy sexy eso de “Té de Champán y Fresas”, huele estupendamente la verdad y el sabor es delicado. Pero creo que le llego al Idiotizador en un momento cumbre con una tacita de té y como mucho me lo tira por encima en plan mis camiseta mojada.
Pero al té llegó su momento estelar. Y nunca mejor dicho, lo que empezó como un experimento más (inconfesable, si resultaba incomible) ha tenido un final apoteósico. Ya se que esta feo que lo diga yo que lo he creo y cocinado, pero esta buenísimo, huele impresionantemente bien y sabe mejor que bien, sabroso y delicado.
Este té lo encontré en una tetería, en pueblo de Huesca en unas vacaciones, donde lo vendían a granel y tienen mil tipos diferentes.
La receta invención mía, no es toxica lo garantizo, esta basada en la receta de un bizcocho sencillo de los que se usan como base para tartas rellenas de mermelada nata o crema. Merece la pena probarla, si no es con este té con cualquiera que no amargue mucho y os guste. Los frutos deshidratados son fáciles de localizar en cualquier supermercado de la cadena Mercadona. Pero fijaros que sean deshidratados no confitados.





Ingredientes:

250 gr. de harina
250 gr. de azúcar
4 huevos
200 ml. de leche
100 gr. de mantequilla
½ piel de limón rallada
½ sobre de levadura
4 cucharadas soperas de té verde de champán y fresas.
30 gr. de cerezas deshidratadas.
30 gr. de arándanos rojos deshidratados.
30 gr. de fresas deshidratadas.
Azúcar glaseé para decorar

Elaboración:

Engrasar y enharinar un molde redondo de 24 cm. de diámetro como mínimo y con el borde alto, ya el bizcocho crece considerablemente. Encender el horno a 180º
Picar los frutos deshidratados en trocitos muy pequeños. Enharinarlos con un pellizco de harina y reservar.
Rallar la piel del medio limón y reservar.
Poner la leche a calentar en un cazo. Cuando la leche empiece a hervir añadir el té, remover para que no floten las hojas y dejar un rato tapado como si fuera una infusión normal.
Aparte derretir la mantequilla al baño maría.
Mientras se baten las yemas de huevo con el azúcar hasta obtener una crema fina. Añadir la mantequilla derretida, la leche previamente colada para no que tenga restos de té apretando bien los deshechos para aprovechar al máximo la infusión de leche y las raspaduras de limón. Mezclar bien.
Añadir la harina tamizada poco a poco. Cuando este bien mezclado añadir las claras de huevo montada a punto de nieve, tratando de hacer movimientos envolventes suaves para mezclar la masa pero sin que se bajen las claras. Después la añadir la levadura. Por último añadir las frutas enharinadas, se les hecha la harina para que al hornear no se hundan todas y acaben en el fondo del molde.
Se vierte la masa en el molde y se mete en el horno en una posición central durante 45 minutos aproximadamente. Estará listo cuando al pinchar con una aguja gorda salga esta limpia.
Desmoldar y dejar enfriar en una rejilla.
Una vez frío decorar con azúcar glaseé al gusto.




domingo, 22 de noviembre de 2009

Bizcocho de Zanahoria

Me he animado hacer un blog de cocina, soy lectora en la sombra de muchos de ellos, pero no suelo comentar sobre todo desde que mi ordenador a decidido censurar mi opinión impidiéndome hacer comentarios en todos los blogs. Que mala es la no libertad de expresión.
Me encanta cocinar y experimentar recetas nuevas. Pero solo me gusta cocinar con tiempo, cuando tengo pocos minutos y mucha presión me parece odioso.
Soy amante de los métodos tradicionales. Vamos anti-microondas, sin termo mix y monto las claras a punto de nieve a mano con unas varillas. Le da un sabor especial.
Si no puedo cocinar, me encanta leer recetas en libros o blogs, salivo solo con leer los ingredientes o ver las fotos.
Pero lo que no viene ni en los libros ni se ve en los cocineros de la tele es que a veces las recetas salen mal. Que parece todo el mundo hace todo en su punto exacto de sabor y cocción. Para nada, fijaros bien que por ejemplo Arguiñano más de una vez se olvida de echarle sal a las comidas. Yo no soy una excepción, me olvido a veces de la sal, se me pegan lo guisos de vez en cuando, la leche me desborda al calentarse en el cazo y una vez saque la bandeja del horno ardiendo y esto es harto complicado de lograr.
Aquí va mi recetario virtual a ver si de aquí no se me pierde mas, que ya van dos veces que pierdo mi libreta “sagrada” de cocina.

Para inaugurar el blog empezaré por mi receta de repostería estrella. Es un bizcocho muy jugoso, de sabor delicado, que aprendí a hacer en el colegio. Creo que soy de los pocos privilegiados de mi generación que tuvieron clases de cocina como actividad extraescolar. Que los no-verduleros no se preocupen que no sabe en absoluto a zanahoria, así que ideal para niños y mayores mal comedores. Es un bizcocho prefecto como tarta de cumpleaños o para eventos especiales, que se puede rellenar y tiene muy buen consistencia por si se quiere hacer una decoración esmerada encima. Las cantidades dan un buen tamaño. No es un bizcocho para primeros contactos con los fogones, pero en cuanto se pierda el miedo dará siempre muy buenos resultados. Tengo muchas ganas de probar con calabaza en vez de zanahoria, que seguro que también queda bien, ya os contare mis experimentos. Al final de la receta os contare una “versión 2.0” de este bizcocho muy, pero que muy, interesante. La de la foto esta decorada con laurel, arándanos rojos y guindas secos.


Ingredientes:

Para el bizcocho:
5 yemas de huevo
250 gr. de azúcar
250 gr. de zanahoria pelada y rallada fina
250 gr. de almendra molida
El zumo de un limón
La piel rayada de un limón
80 gr. de harina
1 cucharada sopera de levadura
5 claras de huevo a punto de nieve
Una pizca de sal
Media cucharadita de café de canela
Un pizca de nuez moscada

Para el glaseado:
150 gr. de azúcar glaseé
El zumo de medio limón
Agua tibia.


Elaboración:

Encender el horno a unos 180º y preparar un molde redondo (he probado con otras formas y no cuaja bien) de 24 cm. de diámetro con el borde bastante alto, ya que el bizcocho crece considerablemente. Se puede engrasar y enharinar el molde o forrar con papel de horno (un día os doy un truquito para que no haga arruguitas que afeen el pastel), si el molde es de silicona no necesita preparación previa.

Separar las yemas de las claras. Mezclar las yemas con el azúcar y trabajar con cuchara de madera hasta que el azúcar se haya deshecho casi totalmente y quede como una crema.
Añadir la zanahoria rallada muy finita y la almendra molida. Si los paladares que la vayan a probar son muy reticentes a la verdura se puede dar unos toques con la batidora a la mezcla para triturar los hilitos de zanahoria.
Después añadir el zumo y la piel del limón. Para rallar la piel del limón es muy importante rallar solo la parte amarilla y evitar rallar la parte blanca porque amargaría la tarta.
Añadir la harina, la levadura, la canela y la nuez moscada tamizadas y mezclar hasta que no queden grumos.
Por ultimo añadir las claras de huevo montadas a punto de nieve con la pizca de sal. No remover la mezcla porque se bajarían las claras, hacer un movimiento con la cuchara como de envolver la masa y cuando este todo mezclado verter en el molde.
Meter en la parte central del horno unos 45 minutos.
Para saber cuando esta listo pinchar con una aguja gorda como de calcetar, si sale limpia estará listo, si sale con resto de masa meter unos minutos más en el horno. Después desmoldar un dejar enfriar sobre una rejilla.

Aparte hacer el glaseado, poner el azúcar en un cuenco y echar el zumo de medio limón. Remover e ir añadiendo agua según vaya necesitando. Si la mezcla se pasa de liquida añadir mas azúcar hasta conseguir la consistencia deseada. El punto ideal es espeso pero que cuando se coja una cucharada vaya escurriendo.
El glaseado se debe echar en el centro del pastel cuando este frío y dejar que vaya escurriendo por los bordes, para ayudar a que cubra toda la superficie te puedes ayudar con un cuchillo o espátula mojados en agua para que no se te pegue mucho el glaseado. Dejar enfriar y secar el glaseado hasta que endurezca. Si se va a adornar, poner la decoración antes de que se seque del todo. Una vez endurecido estará listo para comer.
Aguanta varios días en una lata o recipiente cerrado. Si se le ha puesto glaseado no guardar en nevera.


Versión 2.0


Antes poner el glaseado se puede hacer mazapán y forrar el bizcocho con una capa de unos 3 milímetros de espesor. Presionar bien sobre el bizcocho para que quede bien pegado. El resultado será espectacular al paladar y a la vista. Que aproveche.